viernes, 20 de marzo de 2009


Todo lo que sucede —lo soñado, lo añorado y lo real— se desvanece en la fugacidad del instante, un instante en el que se quitan las angustias, se acercan los amigos, se alivia el dolor y las penas, se pasan los momentos que perduran y los que luego olvidas…. Tu tiempo es el sueño en el cual puedes bailar, festejar la compañía y volar, aligerar caminos y por ellos andar, aumentar alegrías al doble y las heridas curar, convertir los silencios del tiempo en el reflejo del mar, una grandeza de brisa y serenidad.

Observa la gente a tu alrededor, son como un espejismo, mira tus secretos mas profundos deambulando por las calles sin que nadie lo note, imagina el mundo a tu medida en el que ni sueños ni tiempo denotan algo importante porque es como deseas sin que el resto pase…

Sueñas sin pensar aunque conciente de tus deseos, con la intención de aferrarte a la vida vas dejando cajitas llenas de ilusiones por cualquier rincón, esperas que alguien las encuentre y las comparta

Mucho y nada, todo es relativo, todo se supone, todo existe de acuerdo a algo, de tí se desprenden cien cosas alrededor y más... ¿Felicidad completa? = tu mente, aunque siempre queremos más y pedimos más, para eso vivimos y existimos! Para saciarnos hasta el cansancio, extralimitarnos, conocer, conocernos, entender un poco de
la nuestro ser cada día.

Te preocupas por tanto...y tanto es inútil ahora, solo vive.

Asi funciona, funciona por tí.

Tic-Tac




Es cierto que los hechos se suceden y nadie siente el tiempo por sí mismo; seguimos sin poder aún descubrir el principio de las cosas. Sólo lo sensitivo nos ofrece la percepción del tiempo, la sucesión armónica de espacios. Todo es tiempo: variable independiente, rotación de la tierra, atómico argumento en que basarse. Inmóvil, permanezco ante la escena día tras día: las nubes se sostienen como ancladas, el día se oscurece mientras nada sucede en apariencia, nada con fin preciso e inevitable, porque origen es todo, el todo formado por el tiempo.

Escucho el reloj que llevo dentro, el que cuenta mis horas desiertas, me registro para asegurarme que sigo entera, aunque oigo esa vocecita que insinúa que no es verdad, la mando callar. Cuento los días de dos en dos, a ver si no llega el mañana, en el que el tiempo es mi tiempo, un sin fin de momentos en los que me conozco mas, un espacio tan único que me permite encontrar los deseos que me rondan a cada instante, crear historias para vivir hasta la saciedad y hacerlas condiciones en mis sueños.

La magia suficiente para mover el mundo de muchas maneras en diagonales que se entrelazan en estaciones caóticas alrededor, tener la primavera todo el año, perder la gravedad, intentar sentir mas, sentir sin que duela y liberar todos los deseos en un solo grito que inunde de pasión los rincones fríos y que mueva sin energía el mundo, que el mundo explote en una galaxia y cada quien con una estrella sin importar cual brilla más….

Solo soñar con mi vida, crearla en el presente y realizar todo lo que he considerado en mis noches de insomnio me hace sentir tranquila pensando que con la luz de cada amanecer, a las seis y cuarenta o a las siete y quince, como el fuego con cadencia lenta pero muy efectiva encuentro el rumbo de un tiempo que configura el resto, de un grupo de pensamientos que hacen de mi existencia un sentido de ligaduras tan fuertes que perduran más allá de la noche. Donde la locura pierde su nombre y se desfigura en el aire descubro un lugar al que se puede llegar sin interrupciones, un sitio de tranquilidad en el que parecen haber pasado los años y los días, en el cuál los personajes aparecen en mi cabeza y me dan tres vueltas, me enrollan, me dejan inquieta…

Con un tic-tac se nubla la realidad hasta apartar la noción de lo que conoces, te dispones a inventar a partir de la nada, a partir del todo, lo que crees y no aceptas, lo que amas pero niegas, lo que anhelas y te prohíbes. Tic-tac: un espacio sin restricciones ni condiciones en el que decides por convicción incluso afrontando tus más grandes temores gracias a la libertad de un mundo que nadie puede tocar.