domingo, 27 de septiembre de 2009

A RAS-

Sentir que te rodea, que te da vueltas y te impregna, sentir de manos llenas y lunas aladas,
vivir sin derrotas, con esperanzas y garotas, con emociones fulgurantes que a su paso deliran-
pensar en el mañana de las nubes rocinantes, de los niños en pijama y las mañanas oleantes,
el transcurso de las horas meditando en el vacío te cuenta que hay dos ejes esperando-

cal, sal, mal...

bien, ser, ver...

elemento a tu lado, sentimiento inhalado, expresión delirante.-

sábado, 19 de septiembre de 2009

Cartas y sueños .RV.



Ingredientes: un kilo de razón fuerte; tres gallinas blancas; una cabeza de ajos; cuatro kilos de miel; un espejo; dos hígados de ternera; un ladrillo; dos pinzas para ropa; un corsé con ballenas; dos bigotes postizos; sombreros al gusto.

Se despluman las gallinas, conservando cuidadosamente las plumas. Se ponen a hervir en los litros de agua destilada o de lluvia sin sal con la cabeza de ajos pelados y molidos. Se deja hervir a fuego lento. Mientras hierven las aves, colóquese la cama de noroeste a sudeste y deje reposar con la ventana abierta. Ciérrese la ventana media hora después y colóquese el ladrillo rojo bajo la pata izquierda de la cabecera de la cama, que debe estar al noroeste. Déjese reposar. Mientras reposa la cama, rállese directamente sobre el caldo la raíz fuerte, teniendo cuidado de que las manos estén constantemente impregnadas por el vapor. Resuélvase y déjese hervir. Se toman los cuatro kilos de miel y se extienden con una espátula sobre las sábanas de la cama. Tómense las plumas de las gallinas y espárzanse sobre las sábanas embadurnadas de miel. Tiéndanse la cama con cuidado.

No es indispensable que las plumas sean blancas, pueden también usarse de color. Póngase el corsé bastante apretado. Siéntese ante el espejo, afloje su tensión nerviosa, sonríase, pruébese los bigotes y los sombreros según sus gustos. Ponga en un platito las dos pinzas para ropa y déjelo junto a la cama. Entíbiense al baño María los hígados de ternera, teniendo mucho cuidado de que no lleguen a hervir. Colóquense los hígados tibios en lugar de la almohada (en casos de masoquismo) o en ambos lados de la cama, al alcance de las manos (en casos de sadismo). A partir de ese momento, todo debe terminar de hacerse a gran velocidad, PARA impedir que los hígados se enfríen. Corra y vierta velozmente el caldo (que debe estar muy reducido) en una taza. Regrese con ella apresuradamente ante el espejo, sonría, beba un sorbo del caldo, pruébese un bigote, beba otro sorbo, pruébese un sombrero, beba, pruébese todo, tome sorbitos entre prueba y prueba y hágalo todo tan velozmente como sea capaz. Ya ingerido el caldo, corra a la cama, acuéstese entre las sabanas preparadas, tome rápidamente las pinzas para ropa e introduzca en cada una de ellas el dedo pulgar del pie. Estas pinzas deben conservarse toda la noche y colocarse en un ángulo de 45 grados en relación con el dedo, oprimiendo firmemente la uña.

Esta sencilla receta da siempre buenos resultado si las personas normales pueden ir placenteramente del beso a la estrangulación, etcétera, etcétera. Las recetas para casos mas complicados, como son los de necrofilia, autofagia y tauromaquia, se encuentran en un volumen especial: Consejos discretamente sanos.

Y las manos hablan por mí...

Empezando...deseo que tu leas estas palabras y que entiendas que son tuyas, todas estas notas dulces y amargas que salen; todas tuyas impregnadas de recuerdos que duelen, que repercuten la memoria como un pinchazo gris.

Que espero algún día recordar y no olvidar lo ya olvidado, ni lamentarme por lo derramado y oír el sonido de tu voz cuando duermes, que sale por la nariz cuando respiras.

Que mas se desea, si no lo que no se tiene; te encontré en la repisa, en la caja que no me deja tocarte; con las decisiones mutuas tan ambiguas, no se conocerte o no me dejas verte..

Tu que sabes que amo vendarte los ojos, para poder entregarte las pequeñas cantidades que tiene el mundo, mostrarte que vé mas el ciego...encontrarte para salvarte y para que así me salves.

Que no se lo que tienes, que no se lo que me espera tras los maullidos del gato, el sonido del televisor y las calles. Que no sé si lo lees, si lo entiendes todo, que sabes que el tiempo nos come vivos y mis manos no saben que dirección tomar.

Y cuando todo acaba, me aferro a los aromas, a recuerdos de niños dibujados en papeles ...y me impregnas y me matas, como si el viento me hubiera borrado de un soplo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sigmund Freud/ LOS ACTOS OBSESIVOS

"La influencia del instinto reprimido es percibida como tentación y en el curso mismo del proceso de represión nace la angustia, se apodera del porvenir bajo la forma de angustia expectante. El proceso de represión que conduce a la neurosis obsesiva es, por lo tanto, un proceso imperfectamente cumplido y que amenaza fracasar cada vez más. Resulta así comparable a un conflicto sin solución, pues son necesarios nuevos esfuerzos psíquicos para equilibrar la presión constante del instinto.

Los actos obsesivos nacen así como defensa contra la tentación, y en parte, como protección contra la desgracia esperada. Pronto los actos protectores no parecen ya suficientes contra la tentación y entonces surgen las prohibiciones, encaminadas a alejar la situación en que la tentación se produce.

Las prohibiciones constituyen los actos obsesivos igual que una fobia está destinada a evitar a los sujetos un ataque histérico. AI carácter de la neurosis obsesiva pertenece también el hecho de que sus síntomas traen así consigo de nuevo algo de
aquel mismo placer que están destinadas a evitar y sirven al instinto reprimido no menos que las instancias que lo reprimen. E incluso sucede que al progresar la enfermedad los actos primitivamente encargados de la defensa van acercándose cada vez más a los actos prohibidos, en los cuales el instinto pudo manifestarse lícitamente en la época infantil"