domingo, 16 de enero de 2011

Enero azul.

Los hilos se cruzan entre el alma y los pensamientos acompañando mis días que tienen un sabor ácido y están cargados de recuerdos con ocho patas…


Durante 5 años la red se fue creando y cada minuto era un hilo que se fijaba al corazón.


Las ilusiones a ciegas fueron mi desayuno acompañado de los rayitos de sol cada mañana, el tiempo se detenía con una mirada y respiraba aire azul que llenaba mi vida, almorzaba sonrisas, comía palabras, pasaban los meses.


Sigilosamente las patas se posaron en el centro del alma, ahí tenía lugar lo más importante, lo que completa la melodía, un pálpito apasionado y un te amo, la telaraña estaba completa. …los hilos se hicieron más fuertes y aprendí a amar, a ser paciente, a comprender, a dar todo de mi ser.


Luego el viento empezó a soplar y sin previo aviso la red que me atrapó se fue haciendo más delgada, los hilos no se cruzaban tan a menudo y se volvieron paralelas...así pasaron casi 2 años hasta la noche en que la araña revivió; una palabra bastó para que todo fuera hermoso de nuevo, el cielo brillaba al igual que mis ojos.


30 días después la melodía no sonó más, ahora no suena igual, el ritmo cambió a pesar del fuerte latido y las voces perdieron su afinación, los hilos se fueron soltando porque el veneno hizo efecto, lo inyectó sin intención de matar pero afecto lo más frágil...el amor verdadero que por 5 años estuvo atrapado.