viernes, 20 de marzo de 2009

Tic-Tac




Es cierto que los hechos se suceden y nadie siente el tiempo por sí mismo; seguimos sin poder aún descubrir el principio de las cosas. Sólo lo sensitivo nos ofrece la percepción del tiempo, la sucesión armónica de espacios. Todo es tiempo: variable independiente, rotación de la tierra, atómico argumento en que basarse. Inmóvil, permanezco ante la escena día tras día: las nubes se sostienen como ancladas, el día se oscurece mientras nada sucede en apariencia, nada con fin preciso e inevitable, porque origen es todo, el todo formado por el tiempo.

Escucho el reloj que llevo dentro, el que cuenta mis horas desiertas, me registro para asegurarme que sigo entera, aunque oigo esa vocecita que insinúa que no es verdad, la mando callar. Cuento los días de dos en dos, a ver si no llega el mañana, en el que el tiempo es mi tiempo, un sin fin de momentos en los que me conozco mas, un espacio tan único que me permite encontrar los deseos que me rondan a cada instante, crear historias para vivir hasta la saciedad y hacerlas condiciones en mis sueños.

La magia suficiente para mover el mundo de muchas maneras en diagonales que se entrelazan en estaciones caóticas alrededor, tener la primavera todo el año, perder la gravedad, intentar sentir mas, sentir sin que duela y liberar todos los deseos en un solo grito que inunde de pasión los rincones fríos y que mueva sin energía el mundo, que el mundo explote en una galaxia y cada quien con una estrella sin importar cual brilla más….

Solo soñar con mi vida, crearla en el presente y realizar todo lo que he considerado en mis noches de insomnio me hace sentir tranquila pensando que con la luz de cada amanecer, a las seis y cuarenta o a las siete y quince, como el fuego con cadencia lenta pero muy efectiva encuentro el rumbo de un tiempo que configura el resto, de un grupo de pensamientos que hacen de mi existencia un sentido de ligaduras tan fuertes que perduran más allá de la noche. Donde la locura pierde su nombre y se desfigura en el aire descubro un lugar al que se puede llegar sin interrupciones, un sitio de tranquilidad en el que parecen haber pasado los años y los días, en el cuál los personajes aparecen en mi cabeza y me dan tres vueltas, me enrollan, me dejan inquieta…

Con un tic-tac se nubla la realidad hasta apartar la noción de lo que conoces, te dispones a inventar a partir de la nada, a partir del todo, lo que crees y no aceptas, lo que amas pero niegas, lo que anhelas y te prohíbes. Tic-tac: un espacio sin restricciones ni condiciones en el que decides por convicción incluso afrontando tus más grandes temores gracias a la libertad de un mundo que nadie puede tocar.

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