Es tener la manía de preguntarse por qué suceden las cosas. La boca dice te quiero y sin embargo no sabe lo que quiere decir te quiero, ya que el día en que alguien asignó los significados a las palabras esa boca no estaba, o si estaba no prestaba atención.
Pienso que a esta hora y en este momento habrá alguien por ahí diciendo te quiero a otro alguien que escuchará esas palabras como se escucha el alimento. Te quiero y sin embargo nadie conoce a nadie.
Hay dos árboles ahí afuera. Deben llevar cincuenta años el uno junto al otro y, sin embargo, nunca ninguno le dijo te quiero al otro.
A eso me refería...
No hay comentarios:
Publicar un comentario